El SARS-CoV-2, que ocasiona la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), infecta las células del tracto respiratorio; no obstante, este virus también afecta otros sistemas, como el cardiovascular.1,2
En este sentido, el tratamiento para la reducción de grasas en la sangre (lípidos) generalmente se considera seguro; sin embargo, existió preocupación con respecto a su contribución a la infectividad y seguridad en pacientes con neumonía por COVID-19.1
Por lo anterior, se realizó una “declaración de consenso” para proporcionar recomendaciones sobre la continuación, la alteración o el cese de las terapias hipolipemiantes en pacientes con infección por COVID-19, con base en la evidencia actualmente disponible.1
La conclusión general es que el tratamiento de reducción de grasas en sangre tiene un papel importante en la prevención de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica y, por lo tanto, se deduce que en las personas con dicha infección estos fármacos deben continuarse siempre que sea posible.1